La colombiana tetona Cristina Miller regresa a casa de su cita con Max Dior con un solo objetivo en mente: tener el mayor número de orgasmos posible. Feliz de complacer, Max cierra los labios con su fecha caliente y desliza sus manos alrededor para acariciar su gran natural. Los gemidos de Cristina son música para los oídos de Max mientras él le baja la parte superior del vestido para disfrutar realmente lamiendo y acariciando sus tetas. Con el calor adecuado, la alumna exótica envía a Max al otro lado de la habitación para que pueda darle un espectáculo. Se recuesta en un sillón con una pierna de tacón alto sobre el brazo y su minifalda levantada alrededor de su cintura. Acariciando sus pechos y moviendo su tanga a un lado para que pueda masturbar su chocho cremoso, Cristina es lenta y constante en su seducción. Poniéndose de pie, sacude sus aldabas en la cara de Max y luego se acomoda en la silla. El brazo de Max para que Max pueda deslizar una mano entre sus muslos y palmear su pus caliente. Mientras él desliza un dedo en su chocho cremoso, Cristina deja que sus caderas se muevan adelante y atrás a un ritmo de pura pasión. Ella le devuelve el favor sacando el tieso de Max e inclinándose hacia adelante para envolver sus labios hinchados alrededor del eje. Chupar a Max es una pura delicia que es aún más maravillosa cuando Cristina disfruta de la sensación de la mano de su novio acariciando su cuerpo. Dándose la vuelta en el sofá, Cristina mueve su trasero para atraer a Max para que la tome por detrás. Él la penetra con un largo empujón, luego ancla sus manos en su trasero completo para seguir golpeando. Totalmente encantada, Cristina arquea la espalda hasta que golpea el pecho de Max. Él no pierde el ritmo, continúa satisfaciendo sus necesidades mientras desliza sus manos alrededor para ahuecar sus senos y acariciar sus pulgares sobre sus duros pezones. Sentándose en el sofá, Max tira de Cristina a su regazo y guía su erección hacia su cálida humedad. Su coño codicioso toma cada centímetro de la gran polla de Max mientras lo monta con sus tetas rebotando por todas partes. Cuando cae de costado con Max acurrucado detrás de ella, se deshace en un clímax que sacude todo su cuerpo. De espaldas, Cristina observa cómo Max se sienta a horcajadas sobre su vientre. Empujando sus pechos juntos, ella le da una cubana que lo deja listo para despegar. Extiende la mano para acariciar a Max en los últimos latidos del corazón hasta que cubre su pecho con una lluvia de amor pegajoso.
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