¡Tony no puede creer que su papá y su madrastra se hayan deshecho de su televisor y todos sus videojuegos! Su padre todavía está fuera cuando su madrastra, Jesse Pony, llega a casa. Ella trata de explicar por qué tomaron esta decisión, pero Tony no escucha nada de eso. Ni siquiera le devolverá el teléfono a Tony. Cuando le pregunta qué se supone que debe hacer, Jesse le dice que haga amigos o que tenga sexo. Sin embargo, Tony afirma que no es bueno con las chicas. A Jesse no le gusta escuchar eso, por lo que se compromete a ayudarlo y ayudarse a sí misma, ya que el padre de Tony la ha estado descuidando por completo. Tony intenta resistir la seducción de su madrastra, pero Jesse no está esperando una respuesta. Ella afirma que si Tony no se lo da, le dirá a toda la familia que él la ha estado acosando. ¿Qué opción tiene Tony sino dejar que se salga con la suya? Jesse le da un adelanto mientras saca esas magníficas tetas de su camisa y pone su mano sobre sus cachorros de suéter. Bajo el toque de Tony, los pezones de Jesse se endurecen como diamantes muy rápido. Cayendo de rodillas frente a su hijastro, Jesse saca la polla de Tony y la abre completamente para chuparle las bolas y luego acariciarla y sorberla. Incluso hay un sexo con las tetas para asegurarse de que Tony realmente se comprometa a hacer esto. Cuando se trasladan a la habitación, Jesse se sube a la cama con los pantalones bajados para que Tony realmente pueda admirar todos los bienes. Volteándose sobre su espalda, abre sus muslos para invitar a Tony a esparcir los jugos de su coño y luego deslizarse a casa. Voz al máximo, Jesse le hace saber a Tony cuánto ama esa gran polla. Se pone de rodillas y abre ese gran culo para abrirse para que Tony la folle como un perrito. Entonces Jesse empuja a Tony sobre su espalda para que pueda montar el tieso hasta que gime. Un botín de vaquera invertida es justo lo que Jesse necesita para correrse y luego instar a Tony a correrse dentro de ella también. Él entrega con algunos azotes y un creampie, dándole a Jesse un regalo para limpiarse lamiendo las yemas de sus dedos mientras ella promete que volverán a hacer esto a la misma hora cada semana.
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