Alex Legend tiene más de un puñado con su pequeña y tetona amante Quinn Wilde. Él puede pensar que va a trabajar, pero cuando su gran teta se pavonea hacia él en un sostén y tanga de lencería y un par de medias transparentes, sabe que va a tener un cambio de planes. No pasa mucho tiempo antes de que Quinn le haya quitado la camisa a Alex y él le ha devuelto la cortesía con su sostén. Tomando asiento en la cama, Alex entierra su rostro entre las grandes tetas de Quinn. Chupando y lamiendo, prueba cada uno de sus duros pezones antes de caer hacia atrás y tirar de él sobre él para continuar con su asalto sensual. Brevemente satisfecho, hace rodar a Quinn sobre su espalda y desliza su tanga para poder disfrutar del delicioso almizcle de su chocho recortado. A medida que su amor se vuelve más húmedo, Alex desliza dos dedos dentro de Quinn. El arrebato codicioso de Quinn mientras continúa trabajando su lengua contra su clítoris. Con el cuerpo zumbando de emoción, Quinn se pone de rodillas y envuelve sus dedos suaves alrededor del eje de su novio. Acercándolo, abre su boca caliente y comienza a chupar. No pasa mucho tiempo antes de que haya tomado a Alex lo más profundo que pueda para que su rigidez golpee la parte posterior de su garganta con cada golpe descendente. Alex cambia de lugar con Quinn para que él pueda elevarse por encima de ella, enganchar uno de sus tobillos sobre su hombro, y deslizarse a casa en su chocho apretado. Su coño palpita alrededor de la polla de Alex mientras él le da las largas caricias que ambos practican. Empujando la pierna de Quinn hacia atrás, Alex crea un ángulo de penetración aún más placentero. Solo mejora cuando Quinn se voltea sobre sus manos y rodillas para que su novio pueda montar su agujero de mierda por detrás. A punto de explotar con dicha orgásmica, Quinn se sube al regazo de Alex y se agarra con fuerza a sus tetas mientras lo monta como su corcel personal. Su palo de mierda la llena hasta el borde mientras sus caderas se mueven. Cuando Alex levanta las manos hacia las caderas de Quinn para ayudarla a mantener el ritmo, ella no puede evitar sucumbir al deleite que la atraviesa. Saliendo de la polla de Alex, Quinn se aplica diligentemente al placer de su amante. Apenas tiene que trabajar para llevar a Alex al clímax. Mientras se corre, arroja su carga sobre las manos y las tetas de Quinn en una explosión de pasión que deja a su curvilínea amante sonriendo.
COMENTARIOS
0