Charlie disfruta vivir con su casa llena, pero un poco de tiempo a solas sería bienvenido. Alan se acerca a él y lo arresta justo antes de que pueda comenzar a divertirse. Conversan por un rato, pero su conversación termina cuando entra Judith y le dice a Alan que se largue para poder llevar a su hijo a la escuela. Se les une Liz, a quien Charlie no ha visto en mucho tiempo. Liz intenta coquetear con Charlie, pero Judith los interrumpe en el paso diciéndole a Liz que es hora de irse. Charlie aprovecha la oportunidad para volver a su tiempo, pero las chicas regresan con la noticia de que el auto no arranca. Judith le pregunta si puede usar el teléfono de Charlie y deja a Liz a solas con él. Él y Liz se apresuran a cerrar los labios mientras Charlie juega la carta de la soledad. Sacando la erección de Charlie, Liz envuelve sus labios alrededor de él para darle un poco de cabeza. Finalmente obteniendo el alivio que ha estado anhelando, Charlie recuesta su cabeza en el sofá y deja que la rubia caliente haga magia con su boca. Poniendo a Liz sobre sus manos y rodillas, Charlie se sumerge en un coño al estilo perrito. Luego, coloca a Liz en su regazo para que pueda montarlo como una vaquera salvaje. Judith se acerca a la pareja cuando Liz se está subiendo a su paseo. Le resulta sorprendentemente excitante verla haciéndolo con Charlie. Judith se quita la ropa, espera el momento justo y luego indica su deseo de unirse agarrando a Liz por las tetas por detrás. Ni Charlie ni Liz son mojigatos, por lo que están felices de darle a Judith un paseo en la polla de Charlie mientras Liz le da una vuelta en la cara. Haciendo rodar a Judith sobre su espalda, Charlies se lo da mientras Liz deja que su amiga pruebe su coño. Inclinándose hacia adelante, Liz abre la boca para recibir una corrida en la cara mientras Charles se corre. No puede atraparlo todo con la boca, así que lame el coño de Judith hasta dejarlo limpio.
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