Antonia Sainz está en modo de seducción total cuando entra pavoneándose en la habitación donde está sentado Nick Ross y comienza a frotar su pie contra su entrepierna. Instantáneamente feliz de aceptar la oferta de su amante, Nick le quita el zapato a Antonia y deja un beso en el arco de su pie antes de pasar a su boca. Antonia no está dispuesta a ceder el control del momento todavía, y pronto está de rodillas acariciando la polla de Nick en preparación para una mamada húmeda y lujuriosa. Con sus labios envueltos de forma segura alrededor de la cabeza del eje de Nick, Antonia sigue acariciando hasta complementar su boca sorber. A continuación, vuelve a poner los pies en el trabajo, ahuecando los dedos de los pies alrededor de la erección de Nick para poder seducirlo con el toque del nailon en su polla mientras juega con sus generosas tetas. Nick ama cada momento de los toques de Antonia, pero pronto puede' Tome otro momento de estar sentada pasivamente. Quitándole el vestido a Antonia y luego su tanga, Nick prueba que Antonia no es la única que es buena con su boca. Él es suave y tierno mientras se deleita con su codicioso coño en la pista de aterrizaje, empujando su lengua profundamente en su agujero de mierda y pasando mucho tiempo en su clítoris. Lo único que puede hacer que Nick deje de disfrutar del delicioso néctar del coño de Antonia es la idea de sumergirse profundamente en su agujero de mierda. Poniéndose de pie, hace exactamente eso. Tomándola por detrás con brazadas lentas, se asegura de que Antonia se divierte antes de acelerar el paso. Pronto él la embiste lo suficientemente fuerte como para hacer que sus grandes tetas de areola se sacudan y se balanceen con la fuerza de sus caricias. Hace que las cosas vuelvan a ser sensuales y seductoras mientras se acurruca detrás de Antonia para disfrutar del sexo cuchareado que toca todos los botones correctos para darle a Antonia un vistazo del paraíso. Queriendo excitar a Antonia por última vez, Nick se arrodilla y rueda. Antonia sobre su espalda para que él tenga acceso sin restricciones a su suave raja. Él empuja hacia adentro y luego vuelve al trabajo, asegurándose de que su pene golpee su punto G mientras la lleva justo al borde de la pasión explosiva. Momentos después, Nick sale justo a tiempo para que Antonia apunte su polla para que él dispare su corrida sobre sus generosos senos y vientre.
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