Kimber Woods ha sido expulsada de su casa y vive con su ex padrastro. Encuentra un par de pantalones cortos de hombre en el dormitorio de Kimber y sube las escaleras para enfrentarse a ella. Cuando la encuentra en topless, la conversación se descarrila, pero finalmente Kimber admite que es una perra cachonda y que le gusta invitar a los chicos. A pesar de que tiene una erección total al ver a su hijastra casi desnuda, el padrastro de Kimber cumple su promesa de llamar a la madre de Kimber y delatarla. Kimber va a por todas, sacando la polla de su padrastro y lamiendo la punta de su palo de mierda mientras le ruega que no le diga a su mamá. Cuando su padrastro acepta no decirle esto una vez, Kimber cumple su promesa de un momento caliente. Se quita el tanga del biquini a un lado y se pone de rodillas para que su papi pueda cabalgar su apretado estilo perrito. Mientras golpea, llega a sentir ese trasero hacia arriba e incluso admirar la forma en que la estrella de mar de chocolate de Kimber lo mira a escondidas entre sus nalgas. Cuando está a punto de correrse por primera vez, Kimber se voltea para poder frotar su clítoris mientras su padrastro sigue golpeándola. Ahora que Kimber se ha calentado, está lista para subirse a bordo para un paseo rígido. Esta alumna hambrienta de pollas es una experta en cabalgar vaqueras y vaqueras inversas. Cuando ha llevado a su padrastro al límite de su resistencia, Kimber vuelve a arrodillarse para poder acariciarlo hasta que se le mete en la boca. Con semen goteando por su barbilla, Kimber le recuerda a su padrastro que ahora tienen un secreto mutuo que su madre nunca sabrá.
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