Moviéndose con gracia, Ria Rodrigez se quita la camisa blanca y las bragas transparentes y masajea sus pechos llenos mientras se acomoda en la silla al aire libre. Cuando se sienta, sus muslos se abren para revelar su hermoso coño afeitado que ya está húmedo y listo para pasar un buen rato. Usando una mano para separar los pliegues de su chocho, Ria rodea su clítoris ultrasensible con pequeños toques provocadores. Sus dedos se deslizan gradualmente hacia abajo, trayendo la humedad que se filtra desde su agujero para lubricar su hendidura reluciente. A medida que aumenta su placer, Ria se levanta sobre sus manos y rodillas en una posición que muestra su lujurioso trasero a la perfección. Ella empuja dos dedos hasta los nudillos en su apretado canal, empujando lentamente y luego avanzando para golpear el coño duro y rápido. Mientras su cuerpo grita hacia una liberación increíble, Ria se desliza hasta agacharse y masajea su clítoris sin ninguna pretensión de delicadeza. Sus gritos orgásmicos llenan el aire tranquilo de la tarde mientras se desliza hacia el suelo y recupera el aliento después de su clímax.
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