Richelle Ryan le dice a su hijastro Brick Danger que es demasiado mayor para que ella le lave las sábanas. Además, ¿por qué son tan crujientes? Ella se niega a creer la explicación de Brick de que la corteza es jarabe, y en cambio insiste en que es semen de él saliendo con su novia mientras Richelle y el padre de Brick están fuera. Brick afirma que no es su novia, es solo que se ha estado masturbando mucho porque accedió a esperar antes de que él y su chica lo hicieran. Richelle piensa que es súper dulce. De hecho, la excita tanto que piensa que podría masturbarse. Se quita el vestido, se da la vuelta para mostrar sus grandes tetas y su gran trasero en lencería para Brick, luego se ofrece a dejarlo mirar. De hecho, puede hacer más que mirar si está esperando a su novia. No cuenta como engaño ya que él es su hijastro. Antes de que Brick pueda entender la lógica de Richelle, ella se ha agachado para hundir esa erección en la garganta profunda. Moviéndose hacia el sofá, Richelle saca esos grandes de su sostén y luego se quita la tanga para mostrar sus increíbles líneas de bronceado. Ese botín es demasiado tentador; Brick sería un idiota si no aceptara su invitación para meterse. Poner a su madrastra en perrito es genial, pero ambos quieren más. Brick se acuesta para que Richelle pueda montarlo en vaquera, luego en vaquera inversa para que pueda disfrutar de la forma en que se sacuden sus mejores partes. Luego, Richelle rueda sobre su espalda y abre los muslos para que su hijastro pueda dárselo bien y duro a su chocho recortado. Al final, Richelle se arrodilla y deja que Brick se la folle por toda la cara hasta que su semen gotea hasta sus senos. Al final, Richelle le dice a Brick que no espera más sábanas crujientes.
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