La tetona Katarina Hartlova entra en la cocina para prepararse un poco de té. Ella prepara una taza para su novio David mientras está en eso. Él se une a ella mientras el té está en remojo, pasando sus manos por su cintura e incitándola a sacar sus gigantescas tetas de su camisa para que él pueda moverlas hacia arriba y hacia abajo mientras acaricia los enormes globos. Tirando de las tetas de Katarina hacia él, David se sienta en una silla para amamantar y exprimir al contenido de su corazón. Adecuadamente excitada, cae de rodillas para tomar la erección de su novio en su boca y manos mientras asegura su dureza. Empujando sus bazongas juntas, Katarina crea una vaina alrededor de su rígido y le da un titty fuck. Recostada en el sofá, Katarina abre los muslos para que David pueda apartar los pantalones cortos y las bragas para exponer su chocho desgarrado. Saca la lengua para lamer sus jugos, luego la desliza hacia arriba y hacia abajo por su hendidura resbaladiza. Alcanzando, Katarina agarra sus pechos para jugar con los grandes globos mientras su novio se deleita con su arranque codicioso. Acurrucado detrás de Katarina, David levanta la pierna de su amante para colocar su palo de mierda en su apretado agujero y luego empuja hasta que está profundamente en su coño. Katarina mueve las caderas al compás de cada embestida de David, sin dejar de jugar con sus pechos e incluso llevándose uno a la boca para succionar su propio pezón. Echando la cabeza hacia atrás, deja que la pasión la abrume mientras todo su cuerpo tiembla de éxtasis. Disfrutando de un beso profundo y apasionado, Katarina rueda sobre sus rodillas para que sus aldabas cuelguen hasta que sus pezones rocen el cuero del sofá. Cuando su novio la penetra por detrás, Katarina no puede No ayuda, pero vuelve a meterse en su tieso. Sus gemidos se vuelven más fuertes con cada embestida, especialmente cuando David presiona las yemas de sus dedos en sus caderas y usa ese agarre para volverla realmente loca. Cuando David se encuentra de espaldas con Katarina alzándose sobre él, no puede apartar los ojos de sus rebotes. piqueros Sus caderas trabajan a toda marcha mientras monta el palo de mierda de David al contenido de su corazón. Dándose la vuelta, duplica su velocidad hasta que se rompe el clímax. Las paredes de su coño tembloroso ordeñan a David de lo último de su control, y en solo unos momentos él la llena con un chorreo de leche caliente.
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