Dicen que las chicas modernas pueden hacer frente a todos los problemas por sí mismas. Eliza Thorn es una bombón talentosa que puede hacer casi todo en su acogedor departamento, pero lidiar con un fregadero está más allá de sus poderes. Afortunadamente, conoce a un hábil plomero que viene al rescate. Ya empieza a trabajar cuando Eliza Thorn se da cuenta de que no tiene dinero para pagarle. No tiene a nadie a quien pedirle dinero prestado y no tiene cosas valiosas para ofrecer un pago alternativo. Eliza Thorn está muy cerca de la desesperación cuando un pensamiento perverso le viene a la mente. Ella simplemente se quita la ropa para provocar al fontanero con su cuerpo jugoso y firme y darle un par de orgasmos como pago. Por suerte, el tipo acepta gustosamente sus términos y se apresura a disfrutar de todo lo que ella le ofrece.
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