Aislin y Lexi Layo acaban de despertar de una noche de pasión, pero mientras intercambian besos con jugo de naranja se dan cuenta de que no han agotado su deseo mutuo. Alcanzando el trasero de Lexi, Aislin disfruta de la suavidad de la piel de su novia. Lexi toma represalias deslizando la camisa de Aislin para abrirla y sujetando su boca sobre el tierno pezón de Aislin. Reubicándose en el sofá, las chicas gradualmente se quitan la ropa entre besos. Tan pronto como está desnuda, Lexi se inclina hacia adelante sobre sus manos y rodillas para que Aislin disfrute del almizcle de su chocho cremoso. Lexi abre sus nalgas para abrirse a los cuidados de Aislin. Aislin no pierde el tiempo en ocuparse de su lengua mágica. Con jugos tan deliciosos para lamer, Aislin está feliz de mojar a Lexi' s coño antes de empujar dos dedos profundamente dentro. Enganchando un brazo para que pueda acariciar el clítoris de Lexi, Aislin le da a su novia la doble estimulación que hace que la morena gime alto y largo. Aislin mantiene el ritmo, negándose a detenerse hasta que Lexi explota con deleite orgásmico. Dándose la vuelta, Lexi besa su camino hacia abajo por el cuerpo de Aislin antes de sacar su tanga del cuerpo de su amante rubio súper delgado. Incapaz de quitar las manos de sus grandes y hermosas tetas, Aislin se acaricia y pellizca sus pezones duros como diamantes. Mientras tanto, Lexi se acomoda entre los muslos de Aislin mientras se inclina para lamer arriba y abajo la raja desnuda de su novia. Poniendo su lengua agradable y rígida, prueba la estrechez del chocho de Aislin. Levantándose sobre sus rodillas para obtener un mejor ángulo en el arranque de su amante, Lexi presiona dos dedos profundamente dentro. Aislin no puede detener su exclamación de placer, especialmente cuando Lexi inicia un ritmo diseñado para hacer que Aislin se corra. Siempre feliz de ceder a las demandas tácitas de su novia, Aislin deja que el clímax fluya a través de su cuerpo. Las chicas aún no están del todo satisfechas, por lo que se acomodan hasta que están presionadas coño contra coño. Juntando sus caderas en un ritmo lánguido, tijerean con verdadera pasión. No pasa mucho tiempo antes de que los cuerpos de ambos comiencen a palpitar de nuevo mientras su dicha orgásmica los atraviesa para dejarlos finalmente saciados.
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