Un simple vestido de verano que cubre su lencería roja es todo lo que Aria Logan lleva puesto mientras camina hacia la cocina para tomar un café. No llega a su meta antes de que Raúl Costa se acerque por detrás para comenzar a salpicar su cuello y luego sus labios con besos. Enganchando a Aria sobre el mostrador, Raul explora el territorio debajo de su minifalda mientras desliza su vestido hasta el suelo. Tomándose su tiempo ahora que ha revelado el traje de Aria, Raul abre la entrepierna para sacudir el coño carnoso de Aria con sus dedos mágicos. Él la inclina sobre el mostrador para poder arrodillarse y darse un festín con su centro lleno de crema. Luego, Raúl lleva a Aria al mostrador para que pueda comer sus senos antes de continuar haciendo magia con su lengua enterrada en su chocho. Aria está feliz de dejar que Raúl se divierta al máximo, pero no permitirá que se le niegue el placer. cualquiera. Ella espera hasta que Raúl la haya sacado, luego salta sobre sus pies cuando él está de espaldas. Sacando la polla de Raul, Aria la acaricia por detrás. Cuando Raúl se gira para mirarla, ella cae de rodillas y comienza a chupar una mamada caliente y pesada que dura hasta que ambos están listos para follar. Sentándose en una silla de la cocina con las piernas en alto, Aria se abre. arriba para recibir a Raúl en lo más profundo. Él la complace, empujándose hasta el fondo. Esa posición es agradable, pero lo que Aria realmente necesita es una penetración más profunda. Ella y Raúl intercambian lugares para que Aria pueda deslizarse sobre su erección hasta que esté completamente empalada y lista para tomar el control de su paseo rígido. Todavía usando la silla para su mejor ventaja, los amantes cambian de lugar nuevamente. Esta vez Aria está sobre sus manos y rodillas, sus manos la anclan en su lugar contra el respaldo de la silla mientras Raúl la toma por detrás. Las palmas de Raul dan forma al trasero de Aria mientras él se desliza dentro y fuera de su apretado calor, dándole una delicia de estilo perrito para disfrutar en la mañana. Raul toma su lugar en la silla una vez más, empujando a Aria hacia su regazo para que pueda montarlo con ella de espaldas a su pecho. Entonces Aria se encuentra en la silla una vez más, con las piernas en el aire como lo estuvo durante su primer acoplamiento. Raúl se la da hasta que ella gime con su finalización. Retirándose a medida que se acerca su propio final, Raúl se acaricia ese último poco hasta que despega sobre el vientre de Aria para un final abundante.
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