Katie Kush confía en su hermanastro, Brad Stirling, por lo que acude a él cuando necesita ayuda. Brad inicialmente está dispuesto a ayudar a sus hermanastros, pero cuando Katie comienza a dar detalles sobre los experimentos sexuales que quiere probar, Brad se muestra un poco más indeciso. Katie insiste, así que Brad la ayuda a ponerse una venda en los ojos. Luego, Katie le pide a Brad que le entregue un cubo de hielo que ella usa para poner sus pezones bien duros. Brad es un poco tímido al ver a sus hermanastras en esa posición, pero Katie realmente quiere su participación. Eventualmente, Brad se pone de pie y saca su pene para que Katie, aún con los ojos vendados, pueda envolverlo con su mano y comenzar a acariciarlo. En respuesta, Katie se inclina hacia atrás y se levanta la minifalda y las bragas hacia un lado para que pueda ver cómo se siente cuando Brad se la folla con los ojos vendados. La falta de vista realmente mejora todos sus otros sentidos, pero Katie descubre que quiere ver a su hermanastro follarla. Ella lo mira a los ojos mientras él está de pie frente a ella golpeando a ese idiota codicioso, luego descarta la venda de los ojos por completo. Rodando sobre sus rodillas con el torso inclinado sobre el sofá, Katie gime larga y fuerte cuando Brad entrega un golpe de coño adecuado. Cuando Brad se sienta, Katie se sube a su regazo para poder empujarle las tetas a la cara mientras lo cabalga. Ella se da la vuelta y planta sus pies para montar a Brad en vaquera inversa mientras su apretado coño pulsa de placer. Cuando Katie finalmente está satisfecha con sus experimentos sexuales, se abre de par en par y comienza a chupar hasta que Brad entrega un facial de semen que gotea por su boca sonriente.
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