Ataviada con lencería que abraza sus grandes pechos y curvas sexys, Stella Cox espera con impaciencia a que Ryan Driller vuelva a casa. Sus manos recorren su piel sensible mientras se acerca más y más a un frenesí sexual. Para cuando Ryan entra, Stella se ha ido a la ciudad masajeando sus tetas y follando con los dedos su codicioso coño debajo de su tanga. Feliz de unirse a Stella en acción, Ryan se deja caer boca abajo en la cama y comienza a lamer el brillante coño de su novia con largas vueltas. de su lengua Deslizando sus dedos profundamente en su coño necesitado, enfoca su atención en su clítoris. Con un amor tan dedicado a sus puntos más sensibles, Stella pronto jadea y gime. Sacando la dura polla de Ryan, Stella se inclina hacia adelante y abre la boca de par en par. En lugar de simplemente dejar que su novia chupe, Ryan usa empujes superficiales de sus caderas para instar a su vara de mierda más y más profundamente por la garganta de Stella. Ella está feliz hasta la garganta profunda, y luego, cuando Ryan se relaja un poco, sigue chupando a su propio ritmo. Finalmente, lista para llevar las cosas al siguiente nivel, Stella se da la vuelta y se cierne al estilo perrito mientras Ryan presiona profundamente su jugoso chocho. Sus primeros empujes son lentos mientras disfruta de la sensación del agujero de mierda de Stella. A partir de ahí, recoge la cara hasta que está entregando una bola golpeando el coño. El placer de Stella continúa creciendo a medida que se agacha para frotar su propio clítoris, acercándose cada vez más al clímax. Girando sobre su espalda, Stella levanta las piernas en el aire para darle a Ryan acceso completo a su pus. No duda en aprovechar esta nueva posición. Pronto, una vez más va a la ciudad con el arranque de Stella. Sus golpes ásperos se complementan con las manos de Ryan y Stella mientras trabajan en conjunto para acariciar y tocar sus senos que se mueven. Esta posición es perfecta para excitar a la rubia, especialmente cuando Ryan continúa apretando sus tetas con más fuerza mientras ella frota su clítoris a la velocidad de la luz. Una vez que Ryan está seguro de que Stella está bien satisfecha, se corre para correrse sobre su montículo desnudo y su barriga, dejándola pegajosa y llena de amor.
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