Nueva ciudad, nuevo hotel y nuevas rutas, todas esas cosas excitan a Marilyn Sugar y no le permiten relajarse. Ella deambula por su habitación de hotel, intenta ver la televisión y navegar por Internet, pero nada ayuda a la nena aburrida. Finalmente intenta masturbarse, pero ni siquiera eso funciona como de costumbre. Así que decide visitar a uno de sus compañeros de clase. Conversan por un tiempo, pero luego las cosas se ponen un poco calientes entre ellos y, naturalmente, saltan el uno al otro. Por supuesto, ni siquiera sospechan que los maestros deciden controlar a los estudiantes. Abre la puerta y ve a dos de sus pupilos haciendo sexo. Es una vergüenza y promete contarle todo a sus padres. Marilyn Sugar está desesperada, pero afortunadamente logra convencer a la maestra de que no haga eso.
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